miércoles, 10 de agosto de 2011

Crítica de música: Programación equilibrada

Desafío. No todas las secciones alcanzan el nivel de las cuerdas.

Andrés Sáenz asaenz@nacion.com 09:56 a.m. 09/08/2011
 
El concierto de gala de la Orquesta Sinfónica Municipal de Heredia (OSMH), efectuado la mañana del domingo último en el Auditorio Nacional, con la dirección del titular, Eddie Mora, ilustró la misión que el maestro Mora y la junta directiva de la OSMH se han trazado respecto al repertorio ofrecido por el conjunto en sus presentaciones.

 
Gabriel Goñi interpretó la pieza de Eddie Mora que estrenó recientementel Carlos Chaves para LN
Esa misión consiste en brindar una selección equilibrada de obras del período clásico y de compositores iberoamericanos, en particular costarricenses, y de piezas contemporáneas del repertorio universal. La programación se complementa con la participación de solistas nacionales y foráneos.

Selección. El programa comprendió un ejemplo del clasicismo, la Sinfonía N° 43, en mi bemol mayor, del austríaco Franz-Joseph Haydn (1732-1809); el estreno de una pieza del costarricense-mexicano Alejandro Cardona (n. 1959), Zachic V para flauta y cuerdas, con el mexicano Alejandro Escuer, como solista; una obra del mismo Eddie Mora (n. 1965), ¿Quien amanece? para flautín, ocarina y cuerdas, con el costarricense Gabriel Goñi de solista.

La función se completó con Pulcinella, suite de ballet del ruso Ígor Stravinski (1882-1971), uno de los más relevantes compositores del siglo XX.
El ballet Pulcinella, encargado por el empresario Diaguilev para sus famosos Ballets Rusos, se estrenó en París en 1920, con coreografía de Massine y decorado de Picasso. Para la música, Stravinski arregló piezas sueltas de G. B. Pergolesi y otros compositores del barroco italiano. De la partitura se desprende un aire arcaizante, enmarcado por el astringente tratamiento armónico y los timbres instrumentales distintivos del compositor ruso.

El título Pulcinella alude a Polichinela, uno de los personajes tradicionales de la Comedia del Arte y, antes de la ejecución de la suite, un trío de jóvenes actores representaron un breve entremés cómico, disfrazados con las máscaras y el atuendo característicos de la antigua farsa.
Interpretaciones. Al inicio, Mora y la orquesta brindaron una versión puntual y vivaz de la sinfonía de Haydn, que data de alrededor de 1771 y es conocida con el mote de Mercurio, sin que se sepa el motivo. Las cuerdas se oyeron tersas y afinadas y los vientos (pares de oboes y cornos) respondieron en forma precisa y diligente.

En Zachic V, el flautista Alejandro Escuer produjo tonos límpidos y redondos, y de nuevo las cuerdas mantuvieron un desempeño preciso y ajustado. La obra se estructura en cuatro movimientos breves y sigue el esquema lento-rápido-lento-rápido. El título se refiere al nombre maya del sinsonte o “pájaro de las cien voces”, y el material sonoro, de marcado interés auditivo, evoca libremente cantos de pájaro y se percibe por turnos sereno, movido, misterioso y enérgico.
En ¿Quién amanece?, Gabriel Goñi por igual obtuvo un rendimiento superlativo en una pieza que él había estrenado unos mese atrás. Como compositor, Mora se inspiró de cantos de la etnia bribri y la obra establece un entorno acústico inusitado y sugestivo.

Al final del concierto, si bien las cuerdas y metales mantuvieron un desempeño cumplido en Pulcinella, las maderas pifiaron en varias ocasiones. En la Orquesta Sinfónica Municipal de Heredia, las maderas todavía no alcanzan el mismo nivel que las cuerdas y tienen por dónde mejorar su rendimiento.
Menos numerosos de lo deseable, los oyentes aplaudieron las obras y los intérpretes de manera cálida.

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